Podríamos
llamar así a la falta de consciencia y de realismo cuando utilizamos el término
discapacitado para referirnos a una persona. Si desglosamos su significado,
observamos que con semejante concepto estamos valorando por anticipado la falta
de capacidad de alguien para llevar algo a cabo, de esta forma todos podríamos
considerarnos discapacitados en algunos aspectos de nuestra vida.
Por
lo tanto el término no es del todo acertado, ya que es notablemente negativo y
anticipa la supuesta falta de capacidad de la persona a la que nos referimos. Y
en segundo lugar, lo usamos como algo externo y poco cercano, es decir: cuando
nosotros no podemos o sabemos realizar una actividad básica de la vida diaria,
no nos sentimos vinculados al término discapacitado.
De
forma que podríamos partir de la pregunta: ¿EL TÉRMINO NO ES ADECUADO? ¿O NO
HEMOS INTRODUCIDO CON TOTAL NORMALIDAD EL TÉRMINO EN NUESTRO VOCABULARIO?
SEGÚN
LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA:
DISCAPACITADO:
Dicho de una persona que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades
cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales
o físicas.
SEGÚN
LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD:
DISCAPACIDAD:
es un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la
actividad y las restricciones de la participación. Las deficiencias son
problemas que afectan a una estructura o función corporal; las limitaciones de
la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas, y las
restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones
vitales.
Por
consiguiente, la discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una
interacción entre las características del organismo humano y las
características de la sociedad en la que vive.